domingo, 6 de marzo de 2011

A un año.

¿Qué hacía yo a estas horas, el 6 de marzo de 2010?

¿Qué hacían ustedes?

Probablemente ni se acuerden, pero yo sí. El día quedó muy grabado en mi memoria, ¿saben? La fecha exacta, el lugar exacto, el momento exacto. A estas horas, hace un año, yo estaba esperando la hora del concierto de Coldplay, en compañía de mi amigo Jacobo. Más tarde, se nos unió Rei, otra amiga mía. Y, con ellos, presencié el concierto...bueno...con ellos, a medias, por que tuvieron lugares distintos al mío. Pero estaban ahí. Y yo fuí feliz.

Pero..¿qué tuvo el Viva la Vida Tour que me hizo recordarlo, a pesar de que ocurrió hace un año? Que marcó para mí algo así como...qué les diré...un día importante en mi vida. Ustedes -o de menos, la gran mayoría- conocen mi gran afición hacia Coldplay, sus canciones me encantan, por que tienen un no-se-qué-que-qué-se-yo que me hacen escucharlas una y otra vez. Hay, en su repertorio, canciones que me han llegado al alma y han marcado momentos de mi vida. Cuando salí de la primaria -si, ñoñísimo-la canción de mi despedida fué "The Scientist". La canción en mis momentos de crisis, hace...cosa de dos años, "Trouble". Mi canción de buena vibra, y vitalidad "Life in Technicolor". La canción de mi existencia entera, "Viva la Vida"

Pasó hace un año, sí, pero para mí no ha pasado mucho el tiempo, al menos, no en ese sentido. ¿nunca les ha pasado eso? Que el tiempo se te hace como agua, y cuando menos te das cuenta, ya se te han ido días, meses, e incluso, años. Y se te hace más agua cuando la vida te cambia vertiginosamente. Al menos, así me ocurre a mí. Este año estuvo marcado por distintos acontecimientos... y no me creo que todo haya pasado tan rápido.....

En noticias actuales -volvamos del mundo de los recuerdos...si , es triste, pero hay que seguir- hoy me fuí con mi papá a la Feria del Libro de Minería. Tardamos una hora en entrar por que a todo el mundo se le ocurrió fingir que son "grandes" lectores y se les pasó por la mente ir a la FILM, justo el último día, por tanto, se llenó de manera increíble -No sé si alegrarme o deprimirme por la poca verguenza del mexicano-. En fin, les decía que me fuí a la FILM. Estuvimos ahí alrededor de una hora, no más, por que la gente me estresa, no te dejan ver a gusto, y soy claustrofóbico, así que si me quedaba por más tiempo, seguramente habrían tenido que sacarme en camilla. Revisé el precio de algunos libros que quería, aumenté la lista de los que quiero, encontré unos que no sabía que existían, me deleité con el olor a imprenta y tinta de los que tomé en mis manos. Todas las Ferias del Libro, bibliotecas y librerías en general, causan esa impresión en mí, me hacen sentirme pequeña, muy pequeña, pero a la vez, increíblemente grande. ¿Les ha ocurrido? Esa sensación de no saber nada, y a la vez, querer saberlo todo... quedarte en ese sitio por siempre, en un mundo que tú puedes controlar con sólo cerrar una cubierta, moverlo a tu antojo con sólo pasar una página. Eso, entre otras cosas, es lo que me satisface de leer. Además, les confieso que yo llegué deprimida a la Feria, y la verdad, es que a medio camino de ida, quería retractarme y regresar, pero no lo hice. Y volví a casa con un mensaje que los libros me han dado durante , al menos, quince años de mi vida: No estás solo.

¿Triste, eh? Que mi vida se vea reducida a narraciones en papel, solamente.


Pero bien cierto.





"No estás solo"




Ellos son los únicos que nunca me han traicionado.